INTRODUCCIÓN
Por el hecho
de vivir en comunidad, el ser humano necesita
comunicarse. Cabe mencionar, que para hacerlo, son múltiples los medios, pues los
sentidos captan aquellas informaciones suministradas por el entorno. Así por ejemplo, en la vida cotidiana, se
pasa gran parte del tiempo emitiendo y recibiendo mensajes: una mirada, un
gesto, el precio de un artículo, las señales de tráfico, la obra teatral o
cinematográfica, las sirenas y los medios de comunicación social (prensa,
radio, televisión, publicidad, entre otros.), son actos de relación
comunicativa en los que el lenguaje juega un importante papel como instrumento
de comunicación.
Dentro de este orden de
ideas, el lenguaje es una de las más poderosas herramientas creadas por el
hombre. Por lo tanto, la invención del lenguaje, ese sistema articulado de
símbolos mediante el cual se puede intercambiar ideas y conceptos, no es un
invento accesorio a la condición humana. Resulta claro, que el lenguaje da los
elementos para ponerlos de acuerdo entre las personas, gracias a esto no
necesitamos estar en presencia de algo para referirnos, no importando si es
tangible o intangible, se crea debido a lo anteriormente expuesto, sosteniendo
la capacidad que las personas puedan expresar sus vivencias pasadas, el
presente, pensar y planear el futuro.
De hecho, el lenguaje ha
llevado a estar en constante construcción de conocimientos en diferentes tipos
de áreas, lo que se denomina cultura del conocimiento. Por otro lado, la
formación de competencias se refiere que el ser humano debe cumplir con tres
elementos esenciales para llegar a ser un profesional de excelencia en un área
determinada del conocimiento. Estos elementos son el saber, que se refiere a los
conocimientos teóricos, el saber hacer, que es la práctica del conocimiento
adquirido, el querer hacer, que mide la actitud de la persona al momento de
hacer las cosas.
Tomando en consideración lo
antes expresado, en el siguiente
informe, se hace referencia a las
competencias comunicativas, lingüísticas, textuales y las variaciones
lingüísticas, como pilares
fundamentales en los que se apoya la
comunicación y el lenguaje para establecer
relaciones humanas provechosas en prácticamente todas las esferas de la
actividad humana.
Competencia comunicativa.
La competencia comunicativa, es el conjunto de habilidades que
posibilita la participación apropiada en situaciones comunicativas específicas.
Por lo tanto, es importante desarrollarla, porque participar de
forma apropiada es en una interacción comunicativa consiste en cumplir con los
propósitos de la comunicación personal; esto es, lograr lo que se quiere o
necesita y hacerlo dentro de lo socialmente aceptable con sentido pertinente y coherente.
Dentro de este orden de ideas, cabe recalcar la importancia, que
representa para los niños que el medio escolar estimule el desarrollo de la
competencia comunicativa, ya que es en la etapa escolar, en la que el niño
desarrolla o limita su potencial comunicativo. De aquí la importancia de
desarrollar la competencia comunicativa, a través del currículo escolar, pues esto
favorecerá al estudiante en el desarrollo de sus habilidades comunicativas y al
docente en la mejora metodológica para el desarrollo de su clase.
Resulta claro, que la construcción de la competencia comunicativa,
es una facultad determinada por la especie, es decir por una predisposición
genética; la habilidad se desarrolla en la acción misma. Sin duda alguna,
nuestra misión no es ayudar a los estudiantes a leer y escribir, porque no lo
es todo, es necesario además lograr un
sentimiento de pertenencia y dominio sobre el uso de su propio lenguaje y
aprendizaje, sobre su propia lectura, escritura, habla y pensamiento. De allí,
la importancia de desarrollar estrategias didácticas que permita el desarrollo
de la competencia comunicativa a través de la producción de textos en los estudiantes de educación
básica.
Es oportuno acotar, que en la actualidad la falta de contextos
comunicativos de calidad en los centros escolares ocasiona un pobre desarrollo
de las habilidades escritas y por consecuencia de la competencia comunicativa.
A los efectos de este, es importante reconocer la importancia de
la didáctica de la lengua, la cual plantea ofrecer una panorámica teórica
general encaminada a desarrollar estrategias didácticas que favorezcan la
competencia comunicativa y lingüísticas,
a través de los contenidos básicos del aprendizaje para la educación primaria
plasmados en el currículo escolar, así como estrategias de enseñanza
encaminadas al desarrollo de habilidades comunicativas, tanto oral como
escrita, a fin de lograr un óptimo desempeño de los estudiantes dentro del
ámbito escolar, y que por consiguiente, conduzcan las practicas pedagógicas
hacia una transformación coherente y significativa.
Cabe destacar, que entre los medios que se
utilizan para negociar, intercambiar significados con un modo de actuación
adecuado se pueden mencionar:
El simposio.
Permite a través de un grupo pequeño de
expertos con diferentes puntos de vista y conocimientos particulares exponen
diversos aspectos o problemáticas sobre un tema central.
La conversación.
Es un dialogo entre dos personas, donde se
establece una comunicación a través del lenguaje hablado o escrito.
Foro.
Reunión donde distintas personas conversan en
torno a un tema de interés común.
Mesa redonda.
Grupo de personas que se reúnen para estudiar
un asunto o problema determinado.
Debate.
Consiste en la discusión acerca de un tema
polémico entre dos o mas personas.
Seminario.
Reunión especializada, cuyo objetivo es
realizar un estudio profundo de determinadas materias con un tratamiento que
requiere una interactividad entre especialistas.
Panel.
Reunión de un grupo de expertos para abordar
un tema determinado.
Tomando
en consideración lo antes citado, estos medios se deben utilizar como estrategias
educativas enmarcadas en los enfoques comunicativos para el desarrollo de las
habilidades escritas, las cuales van a facilitar el acceso y uso de la
comunicación, con sentido y coherencia, además, posibilita el rescate de
contenido, comprensión y transferencia de conocimientos que se expresan a
través del lenguaje oral y escrito.
Competencia
lingüística.
En relación a lo último, la competencia lingüística, es el conocimiento implícito del código
gramatical que tiene el oyente-hablante ideal. La teoría que establece la
competencia como conjunto de reglas es, según Chomsky, mentalista, ya que busca
descubrir una realidad mental subyacente al comportamiento real. En otras palabras, la
competencia lingüística es el
sistema de reglas innato e interiorizado que constituye el saber lingüístico de
los hablantes.
La competencia es universal en cuanto le subyacen un
conjunto de reglas comunes a todas las lenguas. Gracias, a esta competencia
pueden producir y emitir un número infinito de oraciones hasta entonces
inéditas.
Debe señalarse, que la competencia lingüística es un
sistema cognoscitivo y abstracto de conocimientos que se desarrolla en las
primeras etapas de la infancia, de modo que también aquí también se debe
desarrollar desde temprana edad, por el que cada lengua implica un modo distinto
de estructurar la realidad y consecuentemente una cosmovisión también
diferente.
Competencia textual
Por otro lado, la competencia textual, permite
construir textos bien formados o aceptar textos de otros como bien formados. Es
decir, la competencia textual se obtiene cuando se expresa coherencia global en
las oraciones que se escribe. Así mismo, cuando hay cohesión que facilite la
interpretación de cada oración en relación con las demás y con el texto en su
globalidad, podemos decir que hay competencia textual.
Variedad lingüística
La variedad lingüística es la forma específica de la
lengua, caracterizada por un conjunto de rasgos lingüísticos usados por una determinada
comunidad de hablantes vinculados entre sí por relaciones sociales o
geográficas, diacrónicas, sociales y situacionales.
Las variedades lingüísticas, pueden ser distinguidas, por
su vocabulario y por diferencias en su gramática, fonología y prosodia. Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía,
la evolución lingüística, los factores sociolingüísticos o el registro lingüístico.
Variedades geográficas. Los cambios de este tipo pertenecen a la variación
diatópica y consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma
lengua debidas a la distancia geográfica que separa a los hablantes.
Variedades diacrónicas. Este tipo de variación está relacionado con el cambio lingüístico, cuando se comparan
textos en una misma lengua escritos en diferentes épocas se aprecian diferencias
sistemáticas en la gramática, el léxico y a veces en la ortografía
(frecuentemente como reflejo de cambios fonéticos).
Variedades sociales o diastráticas. Este tipo de variaciones comprenden todos los cambios del lenguaje
producidos por el ambiente en que se desenvuelve el hablante.2 Dentro de este ámbito,
interesa sobre todo el estudio de los sociolectos, los cuales se deben a factores como la clase social, la educación, la
profesión, la edad, la procedencia étnica.
Variedades situacionales. Conocidas también como variaciones diafásicas, este tipo de variantes involucra cambios en el lenguaje a partir de la
situación en que se encuentra el hablante. Como se sabe, no hablamos igual en
una fiesta de amigos que en una actividad religiosa. Desde este punto de vista,
lo que provoca el cambio es el grado de formalidad de las circunstancias. El
grado de formalidad se entiende como la estricta observancia de las reglas,
normas y costumbres en la comunicación lingüística
Conclusiones
Después del informe
realizado de pueden establecer las siguientes conclusiones:
v La competencia comunicativa, es el término más general para la capacidad
comunicativa de una persona, capacidad que abarca tanto el conocimiento de la
lengua como la habilidad para utilizarla.
La adquisición de tal competencia está mediada por la experiencia
social, las necesidades y motivaciones, y la acción, que es a la vez una fuente
renovada de motivaciones, necesidades y experiencias.
v Desde la infancia, los seres humanos van adquiriendo y desarrollando una
capacidad relacionada con el hecho de saber cuándo pueden hablar o cuándo deben
callar, y también sobre qué hacerlo, conquién, dónde, para qué y en qué
forma. Es decir, desde niños adquirimos
un conocimiento no sólo de la gramática de nuestra lengua materna sino que también
aprendemos sus diferentes registros y su pertinencia; somos capaces de tomar
parte en eventos comunicativos y de evaluar la participación nuestra y la de
los otros. Aún más, podemos afirmar que esa competencia es integral, puesto que también involucra
actitudes, valores y motivaciones relacionadas con la lengua, con sus
características y sus usos, y con los demás sistemas de comunicación en
general. Naturalmente, la adquisición de
tal capacidad debe estar ligada a una experiencia social, a unas necesidades, a
unas motivaciones y a una acción.
v La competencia lingüística, se caracteriza por la capacidad de un hablante
para producir e interpretar signos verbales.
El conocimiento y el empleo adecuado del código lingüístico le permiten
a un individuo crear, reproducir e interpretar un número infinito de
oraciones. Ese conocimiento y ese empleo
se vinculan con dos modalidades diferentes de la lengua: la lengua como sistema
de signos y la lengua en funcionamiento, en uso.
v La competencia lingüística se refiere a la utilización del lenguaje
como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación,
interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y comunicación del
conocimiento y de organización y autorregulación del pensamiento, las emociones
y la conducta.
v Competencia textual, es la capacidad que permite a la personas construir
textos bien formados o aceptar textos de otros como bien formados. Es decir,
textos coherentes y pertinentes.
v La variedad lingüística hace referencia a la diversidad de usos de una misma lengua según
la situación comunicativa, geográfica o histórica en que se emplea y según el
nivel de conocimiento lingüístico de quien la utiliza.
v En función de la variable que interviene, se distinguen diversos tipos de
variedades: las variedades funcionales (los registros de lengua), son las
modalidades lingüísticas que se eligen determinadas por la situación de
comunicación. Según el medio empleado (oral o escrito), la materia abordada
(corriente o de especialidad), según la relación que exista entre los
interlocutores (de solidaridad o jerarquía), las variedades socioculturales o diastráticas (los niveles de lengua), son las diferentes formas de usar una lengua según el nivel de
instrucción del hablante y su estima hacia el idioma, las variedades
geográficas (los dialectos), son los usos lingüísticos que se emplean en un determinado territorio.
y las variedades históricas o diacrónicas, constituyen realizaciones de la lengua que caracterizan una determinada
etapa de su historia.
v Finalmente, partiendo de lo estudiado,
se debe afirmar, que somos primordialmente seres “sociales”, en el
sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Por
consiguiente, es importante aprender a entenderse con los otros y a funcionar
adecuadamente en situaciones sociales. Ciertas habilidades de comunicación nos
ayudan a mejorar las relaciones interpersonales.
v En resumen, la comunicación es
crucial para el bienestar personal, para las relaciones íntimas, ayuda a
superar situaciones delicadas, resolver conflictos, expresar sentimientos,
defender nuestros intereses, evitar malas interpretaciones, aprender a
expresarnos en el ámbito donde nos desenvolvamos.
Referencias
Bibliográficas
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fundamentales y problemas metodológicos. Hermosillo: Universidad de
Sonora. ISBN 970-689-287-7. Consultado el 22 de febrero de 2010
v ÁVILA, Raúl. La lengua y los hablantes. México: Trillas, 1990.
v
BERNAL LEONGÓMEZ,
Jaime. Antología de lingüística textual. Bogotá: Imprenta Patriótica del Instituto
Caro y Cuervo, 1986.
v BERNARDEZ, E.: Introducción a la Lingüística del Texto.
Madrid, 1982. Ed. Espasa-Calpe.
v BRONCKART, J.P.: Teorías del lenguaje. Barcelona.
1985. Ed. Herder
v BÜHLER, KARL: Teoría del lenguaje. Madrid. 1979.
Ed. Alianza Universidad
v BERNAL LEON GÓMEZ, Jaime. Antología
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v BERRUTO, Gaetano. La
semántica. México: Nueva Imagen.
1979.
v BENVENISTE, Émile. Problemas
de lingüística general. I y II.
México: Siglo Veintiuno, 1978.
v DUBOIS, Jean y otros. Diccionario
de lingüística. Madrid: Alianza,
1979.
v Martin Peris, E. (2001). Textos,
variedades lingüísticas y modelos de lengua en enseñanza del español como
lengua extranjera. Carabela. 50, pp. 103-136.
Hola
ResponderEliminarMuchas grax
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